domingo, 6 de febrero de 2011

¿Quién me sirve a mí de referente moral?

Tengo varios referentes morales de los cuales aprendo día a día cómo vivir. Mi familia intenta inculcarme los principios básicos, educación y algunas veces me enseñan cómo vivir mi vida para conseguir lo que quiero. Para mí, mis referentes más importantes son mis amigos. Cada uno de ellos son diferentes y así puedo acudir a uno o a otro según en la situación que me encuentre. Si necesito fuerza, si necesito cariño, si necesito consejo, si necesito alegría, si necesito diversión, si necesito consuelo… Da igual lo que necesite moralmente porque siempre están ahí. Así es cómo estoy consiguiendo poco a poco definir mi personalidad y así, es como conseguiré ser feliz.

¿Es posible si se conoce el bien, actuar mal?

Sí es posible. En muchos casos, personas que se sienten solas o dolidas por algo creen que si actúan mal ellas mismas se sentirán mejor viendo que otras personas están en peor situación que ellas. Se equivocan, lo que están haciendo es destruirse a ellas mismas, ya que si las personas que están a nuestro alrededor no están bien, nosotros mismos no conseguiremos estarlo ya que vemos que personas que queremos están mal. Las personas que actúan mal conociendo el bien son hipócritas: actúan al contrario de lo que sienten. Lo que toda persona quiere es encontrar su felicidad, al fin y al cabo, para eso es para lo que vivimos, para intentar ser completamente felices y esta felicidad no se consigue a base de caprichos o deseos ya que después de uno viene otro y otro… La felicidad se encuentra realmente en las personas que tenemos a nuestro alrededor, se encuentra en la bondad y en las ganas de vivir para todos.

Intelecualismo moral: felicidad, sabiduría y virtud

Estos tres términos podríamos relacionarlos con el intelectualismo de la siguiente manera:
En esta teoría propuesta por Sócrates, para encontrar la felicidad debemos tener sabiduría de lo que está bien y lo que está mal. Por lo tanto deberíamos de ser justos a la hora de aceptar una decisión que sabemos que es correcta aunque la hayamos hecho mal. Ésta sería la virtud, aceptar las conscuencias.

Sócrates (siglo V a. C.)

Maestro de platón y tuvo como discípulo a Aristóteles. No escribía, todos sus pensamientos y teorías eran recitadas en el ágora del pueblo. Fue envenenado y aceptó esto debido a que la ley lo marcaba así. La postura de Sócrates era que la mayor felicidad proviene de la justicia y los que hacen el mal es porque son ignorantes. Por lo tanto, a partir del conocimiento sabemos lo que está bien y lo que está mal.
Reflexión
No estoy del todo de acuerdo con este filósofo. En la felicidad influyen muchos más factores que la justicia, así como la tolerancia, el respeto y la valoración de ambos individuos.
La parte con la que estoy de acuerdo con él, es que los que hacen el mal es por ignorancia, es decir, no conocen lo que es el bien. Aunque lo que me resulta curioso es: si conocemos el bien y el mal, ¿Por qué hay personas que aun así, realizan lo moralmente incorrecto? Y además, ¿en qué momento de mi vida elijo si hago el bien o el mal? Porque desde mi punto de vista, hay personas que eligen mal en el momento de elegir. Suelen dejarse llevar por la situación del momento, no son libres.
En conclusión podría decir, que las personas que eligen hacer el mal es por ignorancia y por falta de libertad.