Se nos plantea un problema primordialmente: ¿cómo es posible que tengamos sentimientos buenos o malos frente a personajes y eventos de ficción?
-Una actitud hacia algo
-Motivada por una creencia
-Acompañada por cierto sentimiento (temblor, cosquilleo…)
- Somos irracionales
- No tenemos emociones reales
- Soy racional y siento emociones reales.
En realidad, esto no es lo que sucede ya que no somos irracionales.
Imagino lo que la obra representa. Imagino que hay un vampiro. Imagino que avanza hacía mí, Imagino que estoy en peligro. De aquí viene la siguiente pregunta: ¿qué siento cuando imagino que estoy en peligro? Pues lo que siento es algo parecido al miedo pero no es real. Esto recibe el nombre de cuasi-miedo. El problema surge en la distinción del cuasi-miedo y el miedo. D. Matravers pensaba que el caso de emoción real sin comportamiento asociado es una conexión entre nuestra experiencia y la respuesta emocional.
-No es necesario que tenga la creencia de que Drácula exista para que mi miedo esté justificado o sea racional
-A veces sentimos emociones hacia cosas que simplemente imaginamos o pensamos (caída, cortarme un dedo…)
-El mero pensamiento de que algo puede pasar es suficiente para que ese miedo salga y actúa. Esto fue apoyado por Carroll.
Para concluir podemos decir que hemos de cambiar nuestra teoría de las emociones.
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